martes, 18 de enero de 2011

Realismo ¿mágico?

García Márquez, Vargas Llosa y tantos otros escritores latinoamericanos que pueden considerarse inscritos en lo que, en Europa, se denomina realismo mágico, en realidad no hacen sino contar su día a día, las anécdotas de su pequeña patria, en sus obras.

Aquí he conocido personas que no han probado la coca-cola hasta el fin de la adolescencia, porque viviendo en el campo había chicha, guarapo, o api, entre otras.

Adorar, se adora el bien, el cielo, al sol, como en la tradición europea, pero también se adora al mal: al tío en la mina. En La Paz ha aparecido una roca con forma del maligno, donde los fines de semana se hacen invocaciones nocturnas. Lo normal no es ir al médico, sino al mago local. Hay un caso de una pariente de un español que dice haber conseguido así curar a su hijo de leucemia.

La amistad es muy importante, una chica de Suecia llevaba varios años viviendo en Cochabamba. Era guía turística por las montañas de la zona. Una mala maniobra del chófer hizo que se despeñaran (retroceder para ganar impulso). Cuando la vieron las amigas en el tanatorio, antes de la repatriación, la vieron algo fea, con un estilo diferente, así que cerraron la puerta, la peinaron y la maquillaron para que la familia en Suecia la recibiera en condiciones.

La fauna en el trópico es verdaderamente salvaje. Existen las hormigas tucanderas, de más de un centímetro, su mordedura es la más dolorosa que se ha encontrado en la naturaleza. También hay hormigas rojas, venenosas, que viven en un arbol que se llama palo santo. Si alguien es encontrado robando, lo amarran al palo santo y esperan que le muerdan las hormigas; con unas 100 picaduras es fácil morir de shock anafiláctico. Otras son las termitas, me contaban que, teniendo una casa de madera en el campo, hay que ir cada semana, una familia se demoró un mes en ir y encontró la casa totalmente deborada por las hormigas, hasta el punto que vendieron el terreno como solar. Las cucarachas crías (no recuerdo el nombre local), miden más de un palmo, y esas son las que se han perdido, las adultas no las he visto. No son los únicos bichos más grandes de lo habitual, las ratas pelean con los perros, porque son como los gatos. Dicen que son muy suaves cuando te pasan entre las piernas pero que luego el rabo viscoso parece no acabar nunca.

Comentando estas cosas con una compañera jóven de un curso, le dije que no veía por qué habían dado premios a los escritores del realismo mágico, pues no contaban nada nuevo. Ella (no tenía 25) me respondió "me hicieron leer en la escuela Crónica de una muerte anunciada" y no me gustó nada porque eso es lo que pasa en mi pueblo; a mi me gustó crepúsculo... todo el mundo tenía carro."

Al norte de Río Grande, también hay magia, pero de otro tipo. Los yatiris deben de ser diferentes. Mi enlace en la embajada USA tiene un grado por la universidad de Chicago, un postgrado por Harvard, y después de 8 años va a dejar el servicio exterior USA para hacerse profesora de instituto en la zona mala de Nueva Jersey. Para financiar el curso trabajará de camarera, pero en algún restaurante que llene cada día y algo caro (propinas). Objetivo a largo: hacer carrera política local dándose a conocer en la enseñanza. Objetivo a corto mientras está en Bolivia: realizar (por su cuenta) 6 meses de trabajos en las universidades contra el maltrato a mujeres y niñas. Mientras, tuvo un problema y agarró gripe local (sube mucho la fiebre), pero como no hay termómetros con grados Farenheit, no sabía si 41º era mucha o poca fiebre.

¿Realismo mágico? Realismo, a secas.

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