Restaurante medio; carta con unos 15 platos, recomendado. Uno entra, se sienta, le ponen de beber, y cuando va a pedir, le dicen: el 8 no hay. Bueno, póngame por favor el 9. Ese tampoco hay. Entonces el 3. Lo siento pero creo que no nos queda. El seis por favor. Licenciado, creo que no tenemos. Oiga, ¿cuáles tiene?. El 1, el 2 y el 4 no más.
Excursión y visión de negocio a largo plazo. Vamos a Chacaltaya, un 5.000 que está cerca de la paz (a 32 kilómetros, pero por cómo está el camino son unas dos horas). Son dos vehículos con cuatro personas cada uno y, a cada chófer, se le paga por ese día el equivalente a la mitad del salario mínimo del país. Todos contentos, animados y sonrientes, porque nos gusta ir a conocer el país. A la vuelta, en la otra punta de la ciudad, nos despedimos de la mitad del grupo que va a los mercados. Abrazos, y el chófer reparte tarjetas para la próxima. Los que no vamos al mercado le decimos que nos lleve a nuestra zona. A eso de mitad de camino, y cuando queda una ladera larga, le llama su amigo para ir a chupar. "Lo siento hermanos, tengo un compromiso que no recordaba, no os dejo en casa, sino en la esquina siguiente".
Visión de mercado cholita. Cualquier mercado de frutas y verduras en cualquier lugar de cholitas. Va uno temprano, a comprar, y ve una señora muy mayor con unas 8 ó 10 naranjas (o manzanas, o tomates). Solo quería la mitad, pero como están medio bien de precio, y la cholita, tan mayor, inspira cierta compasión, se le dice que se le compra todo lo que tiene, sin regateo. La respuesta es invariable, no va a vender. No va a vender por un motivo evidente: "Caballero, es muy temprano, y si vendo todo ahora no tengo nada que hacer el resto del día".
Excursión y visión de negocio a largo plazo. Vamos a Chacaltaya, un 5.000 que está cerca de la paz (a 32 kilómetros, pero por cómo está el camino son unas dos horas). Son dos vehículos con cuatro personas cada uno y, a cada chófer, se le paga por ese día el equivalente a la mitad del salario mínimo del país. Todos contentos, animados y sonrientes, porque nos gusta ir a conocer el país. A la vuelta, en la otra punta de la ciudad, nos despedimos de la mitad del grupo que va a los mercados. Abrazos, y el chófer reparte tarjetas para la próxima. Los que no vamos al mercado le decimos que nos lleve a nuestra zona. A eso de mitad de camino, y cuando queda una ladera larga, le llama su amigo para ir a chupar. "Lo siento hermanos, tengo un compromiso que no recordaba, no os dejo en casa, sino en la esquina siguiente".
Visión de mercado cholita. Cualquier mercado de frutas y verduras en cualquier lugar de cholitas. Va uno temprano, a comprar, y ve una señora muy mayor con unas 8 ó 10 naranjas (o manzanas, o tomates). Solo quería la mitad, pero como están medio bien de precio, y la cholita, tan mayor, inspira cierta compasión, se le dice que se le compra todo lo que tiene, sin regateo. La respuesta es invariable, no va a vender. No va a vender por un motivo evidente: "Caballero, es muy temprano, y si vendo todo ahora no tengo nada que hacer el resto del día".
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