Las Islas del Sol y de la Luna son las más sagradas del Titicaca desde tiempos inmemoriales, y para todas las culturas que han pasado. Se llega a la Isla del Sol desde Copacabana (esta ciudad da nombre a la del Brasil), en una travesía en barco de unas tres horas. Las vistas son inmejorables y las ruinas impresionantes.
Esta foto es la Cordillera Real de los Andes desde la isla, al atardecer. Al sacar la serie, un grupo de albañiles que trabajaba al lado hizo bajar a uno para ver que no les fotografiara a ellos. Yo creo que si me ven enfocarles me entierran en los cimientos como manda la tradición pachamámica.
Este es el atardecer, en el mismo momento, con las vistas del otro lado de la isla. Tuve la suerte de encontrar un punto en el que, en 20 metros de trayecto llegaba a ver ambos lados. Además, era el punto de tránsito de una de las tres comunidades de la isla, por lo que pude observar el trajín de animales y gentes al recogerse.
Los tiempos cambian, y esta niña, junto con otras, se dedican a recoger las llamas, pero también las agarran y las llevan de paseo para cobrar a los turistas por las fotos que tomen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario