El "Caporal", que en muchos casos era mestizo o mulato, era el capataz de los esclavos negros traídos a Bolivia durante la época de la Colonia. A raíz de la presentación de un conjunto de la Saya en la que aparece representado este personaje, deciden los hermanos Estrada Pacheco crear una nueva danza inspirada en el personaje central de la saya reuniendo a muchos "Caporales". De ahí el nombre de esta danza boliviana.
La vestimenta original de los varones consistía en: sombrero de ala ancha, camisa holgada, faja o cinturón, pantalón de corte militar, botas y látigo, mientras que la mujer usaba una blusa de mangas anchas, pollera, que en la actualidad se ha ido acortando hasta ser una minipollera, calzados y el característico sombrero tipo Borsalino o también conocido en Bolivia como sombrero de cholita. En la actualidad la vestimenta ha ido desarrollándose de forma vertiginosa incorporando diseños y colores que identifican a las diferentes fraternidades o conjuntos de Caporales.
Los pasos de la danza, al igual que la vestimenta, están en constante evolución y la música de la saya es interpretada casi en su totalidad por instrumentos de percusión mientras que la de los caporales es una mezcla entre ritmos de huayños y tundiquis.
Hoy en día la saya propiamente dicha, es una danza de mayor agilidad, representada y bailada por las personas negras, cambiando el estilo de música y obviamente la vestimenta del caporal, de ahí que el caporal y la saya son danzas relacionadas pero no iguales.
La danza de los Caporales se caracteriza por ser una danza de movimientos ágiles en la que los varones especialmente hacen gala de giros, contorsiones, patadas al aire y saltos acrobáticos mientras las mujeres se destacan por mostrar y resaltar la sensualidad y femineidad a través del vestuario y de los movimientos gráciles. (wiki).
No todo son cholas con bombines oscuros, también están las chicas que nada envidian a lo de Río de Janeiro. Entre grupo y grupo de cada hermandad, bailan algo parecido a samba, con mucha alegría y buen humor.
El Gran Poder, al final, es una sucesión de varios elementos interpretados por cada hermandad. Cada año evolucionan y cada año aparecen elementos nuevos. Dejo estás imágenes de muestra (junto con un conjunto de cholas, ya vistas, y su peculiar carraca). Lo más espectacular, no es la representación en sí misma, sino el que esta representación se tenga que realizar continuamente, durante kilómetros, a 3600 metros de altitud, a veces descalzos a veces por el suelo, únicamente con la energía que da mascar hoja de coca.
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